Una de las consultas más frecuentes que se realiza a los dentistas hace referencia al color del esmalte. Ciertamente, el cambio de color dental es un tema que genera mucha inquietud cuando se detecta, generando problemas de autoestima.
Alimentos más dañinos
Si bien es cierto que el color del esmalte viene determinado genéticamente, nuestras acciones y estilo de vida repercutirán en él de manera significativa. Existen algunos hábitos alimenticios o vicios que todos sabemos de sobra que afectan a la coloración dental, como el tabaco. Sin embargo, hay otros muchos que consumimos cotidianamente y de los que desconocemos el efecto en el esmalte dental.
Bebidas
En primer lugar, bebidas. El vino tinto es uno de los archienemigos reconocidos de los dientes blancos y radiantes. Mediante su acidez y su alto contenido en taninos y cromógenos, consigue oscurecer y tornar una sonrisa radiante en una sonrisa con ligero tono púrpura.
Otra bebida que tampoco es muy recomendable si deseas una sonrisa de anuncio es el café. Hay quien no puede comenzar el día sin tomar un cafetito, pero nuestro esmalte dental agradecería que no lo hiciésemos todos los días. Del mismo modo que el vino, el café tiene una alta concentración de cromógenos, los cuales varían el color del diente.
Comida
En cuanto a comida, todas las frutas y verduras que tengan un color intenso y vivo generarán problemas en este sentido. Como te puedes imaginar, si tienen ese gran color es porque contienen gran cantidad de pigmentos, los cuales modificarán el color natural de nuestros dientes. Algunos ejemplos de este tipo serían las cerezas o la remolacha. Del mismo modo, el alto grado de acidez de los cítricos puede ocasionar alteraciones en el esmalte dental.
En cuanto a hábitos, ya hemos comentando que el tabaco es un gran factor procoloración amarillenta. Solo con ver la sonrisa de una persona, se puede adivinar si es o no fumadora.
Cómo mantener el esmalte dental adecuado
Para evitar que estos alimentos enturbien nuestra sonrisa, lo más importante es realizar un correcto cepillado (siempre) pero sobre todo tras el consumo de este tipo de alimentos o bebidas. Utiliza el cepillo, el hilo dental y también algún enjuague bucal.
De esta manera, eliminarás las partículas dañinas, conservando la salud dental y manteniendo tu blanco natural.
Así mismo, existen tratamientos de dentistas, como una limpieza bucal o un blanqueamiento dental, que mejorarán increíblemente el aspecto de la sonrisa devolviendo a tus dientes el esmalte natural.
